
Frida es la máxima exponente de esta pintura femenina para mí. Temas como la maternidad frustrada, el sufrimiento del aborto reiterado, el amor no correspondido, la infidelidad del hombre amado, el sufrimiento físico soportado con entereza desde su juventud, soportar ser eclipsada por un sol que aunque menos brillante que ella, apagaba su fulgor por su condición de hombre... Frida presenta su mundo femenino representado en obras oníricas, surrealistas, con fuerte sabor aborígena mexicano, con tantas lecturas como miradas, con infinidad de mensajes entrelíneas, escondidos para aquel que carezca de la sensibilidad suficiente para apreciar la gran belleza que albergan. El día que leí la biografía de esta artista paseaba por las calles de Londres y visitaba el Tate Modern. Me emocionó, me identifiqué con ella, llegué a sentir parte de su dolor. Frida vivió su vida intensamente; apasionada y dolorosamente. Dejó un legado fascinante que emociona hoy las miradas de mujeres y hombres de todo el planeta. Kalho fue y será una pionera y para toda aquella mujer que se haya puesto alguna vez frente a un lienzo, una visionaria, una valiente que apostó fuerte. Y yo creo que ganó.