martes, marzo 28, 2006

Olé las recetas de José Andrés de hoy!!!!


COCIDO DE GARBANZOS CON BACALAO

Ingredientes

- 500 gr Garbanzos: remojo toda la noche con bicarbonato
- 1 puerro
- Apio
- Zanahoria
- Cebolla
- tomate

Se cuecen todas las verduras 1h30min
Rallamos un tomate grande en un plato aparte.
Limpiamos las tripas de bacalao de la telilla negra. Preparamos agua en el fuego y aún fría, introducimos las tripas. Estas al cabo de un minuto se quedarán más transparentes y recogidas sobre sí mismas. Ya están listas. Retiramos del agua.

Ahora procedemos a sacar las verduras del cocido y las pasamos por el pasapurés.

Ponemos a freír cebolla picada. Dejamos que se dore y le añadimos una cucharadita de pimentón. Añadimos las tripas troceadas en pedazos medianos hasta darles un doradito. Vertemos el agua y todos sus garbanzos y enseguida, el puré que hemos hecho con las verduras. Este será el momento de ponerle la sal. Dejar al fuego un rato.



SUQUET DE RAPE

Ingredientes

- Cebolla
- Tomate
- Cinco tajadas grandes de rape
- Almendras
- Perejil
- Pimentón
- pan
- sal
- dos ajos
- azafrán
- una patata grande y nueva

Rallar un tomate
Usar una paellera de barro. Preparar un sofrito de cebolla picada, cuando dore añadir el tomate y una cucharadita rasa de pimentón. Poner una patata grande y nueva en pedazos gruesos y perejil picado fresco. Al poco, cubrirlo con agua hasta sumergir las papas y añadir la sal. Dejar hervir entre 10-15 min con tapa.

Freír en una sartén unas almendras y un par de ajos. Después, unas rebanadas de pan. Majar las almendras en un mortero, pelar los ajos y añadirlos junto al pan. Majar de nuevo y añadir azafrán.

Añadimos las tajadas de rape en las papas y su caldo. Cogemos un poquito de dicho caldo para añadirlo al mortero. Echamos la mezcla en las papas y damos la vuelta a los trozos de rape. En un par de chup-chups lo tenemos listo para comer.


FABES CON ALMEJAS
Ingredientes
- 400 gr fabes
- puerro
- apio
- zanahoria
- cebolla
- tomate
- aceite de oliva
- azafrán
- 300gr almejas


Poner en remojo las fabes 24 horas.

Empezamos con agua nueva que cubrirá unos dos o tres dedos por encima de las alubias. Echamos también zanahoria, puerro, apio y cebolla. Hervimos y bajamos el fuego. Las fabes se cocinan lento, a fuego suave, sin dejarla hervir y limpiándole la espuma que genera en la superficie. Es el momento ideal para añadir un chorro generoso de aceite de oliva.

A las fabes tenemos que asustarlas así que, con un cuenco o plato hondo, retiramos algo de agua y de esa forma, rompemos la ebullición. Esto hay que repetirlo numerosas veces a lo largo de la cocción al igual que la retirada de la espuma. Cocemos dos horas las fabes mimándolas.

Transcurridas las dos horas, extraemos las verduras y las batimos. Añadimos azafrán a las fabes y el puré de verduras. Cocinar a fuego lento y poner sal al gusto.

Vamos a hervir entre 10 y 15 segundos las almejas poniéndolas en un colador. Las sacamos y procedemos a abrirlas cortando el músculo del lateral y el de debajo de la almeja, con cuidado de no romperla. Abrimos todas las almejas y ¡ojo! ¡Conservamos el agua!

Mezclamos perejil picado con aceite de girasol. Colocamos las fabes en sus platos respectivos y ponemos encima las almejas. Terminamos decorando con el aliño que hemos preparado.

lunes, marzo 13, 2006

El diablo viste de Prada (The Devil wears Prada)



El libro de Lauren Weisberger El diablo viste de Prada ha sido recientemente llevado al celuloide y será protagonizado por la dos veces oscarizada y "globorizada" otras tantas Meril Streep y la acompañará Anne Hathaway, ¡quién lo iba a pensar! La niñata de Princesa por sorpresa -el bodrio que Disney tuvo el valor de regalarnos, y no sólo una vez, sino que nos sometieron a tortura con una secuela-, se ha hecho mayor. Y además, cumple el requisito fundamental para triunfar: está buena y lo sabe, y para quien lo dude, que vea la foto con camisa negra y transparencias. El pasado año 2005 pegó el espaldarazo con Brokeback Mountain, de Ang Lee, donde interpreta a la linda vaquera texana que se casa con un Jake Jyllenghaal enamoradísimo de Ennis del Mar. Ay, ¡qué recuerdos! Me encantó la película, sobre todo, la carita de cordero con la que Jake mira a Heath cuando este le rechaza tras la primera noche de pasión...

Pero bueno, sin desviarnos del tema, tenemos la oportunidad de ver a Hathaway actuando al lado de una de las grandes y además, en un papel de lo más curioso. Anne será Andrea, una recién licenciada que por casualidad acaba trabajando en la revista de moda más influyente del planeta, esto es, algo así como Vogue, no Cosmopolitan, como he leido por ahí. ¡Si Cosmo es el medio impreso más influyente en moda, que baje Gianni y lo vea!!! Lógicamente, en la ficción la autora ha optado por bautizar la publicación como Runway (y de hecho, en algún giro de la novela se cita a la revista Vogue como competidora directa). Andrea quiere ser una redactora seria y escribir sobre temas menos triviales en The New Yorker. Yo no dejo de pensar en qué obsesivos son estos americanos porque ¿os imagináis aquí en España saliendo de la universidad diciendo: "Yo, o trabajo en MacCann o no trabajo en publicidad"?. Lo llevaríamos claro. La cuestión es que le prometen que si consigue aguantar (más bien, padecer) un año trabajando como asistente personal de la directora de Runway, ésta -que es muy influyente- le podría conseguir el puesto que desease. Andrea, como joven emprendedora que es acepta. Aquí empieza su tortura diaria en forma de jornada laboral de 14 horas, madrugones, el insoportable caracter de una jefa psicópata que no ceja en su empeño de llamarla Emily y de pedirle absurdos y carísimos encargos. Mientras, todo su entorno y el mundo entero piensan que es muy afortunada y que "cualquier chica daría un ojo de la cara" por tener su trabajo. Andrea se toma la revancha a su manera. Cada día, reparte cafés Starbucks entre los indigentes neoyorkinos, regala más de 4 dólares a cada taxista que la lleva y se queda con un móvil Bang & Olufsen además de unos cuantos modelitos de Prada y los pañuelos Hermès blancos que obsesionan a su jefa. En fín, una historia que para mí, es cercana: la vida de la becaria precaria y además, aderezado con un poquito de moda. La novela -e imagino que esto será explotado en la peli- tiene tintes hollywoodienses pues es una historia con moraleja que no deja muy bien parado el mundo de la moda, para que nos vamos a engañar, y con las dosis justas de drama, comedia, éxito profesional y amor/desamor. El libro ha merecido mucho la pena. Esperemos que el filme esté a la altura.

sábado, febrero 11, 2006

Hotel Urban


Urban es un llamativo y moderno hotel de cinco estrellas que no deja a ningún viandante indiferente al pasar por su puerta. Esta puerta es la entrada a un ámbito lleno de lujo y sofisticación, que ofrece al visitante mucho más que una cama donde dormir. El hotel se revela cosmopolita y fashion ya desde su ubicación en la madrileña Carrera de San Jerónimo. Auna así lo tradicional pues se halla a escasos cinco minutos andando de la Puerta del Sol, centro neurálgico del Madrid de los Austrias, el sabor más auténticamente gatuno, lo lúdico, ya que está rodeado por la Plaza de Santa Ana y la zona conocida como Huertas, muy frecuentado por los noctámbulos madrileños, lo financiero, pues tiene la Bolsa a cien metros y casi en frente, el Congreso de los Diputados y finalmente, lo artístico, ya que a muy poca distancia encontramos el Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen Bornemisza. El propio interior del Cuando entramos por la puerta tenemos a nuestra derecha el Glass Bar, aunque este también posee su propia puerta de acceso desde la calle, de frente la recepción y a la izquierda, el restaurante Europa Decó. En la última planta encontraremos además La terraza del Urban. El Glass Bar hace alarde de ser "cool" y así lo demuestra ofreciéndonos una selecta carta de campagne francés (nada de cava catalán que debe ser que no es fashion!) rubios y rosados, cocktails y sabrosos tentempiés consistentes en snacks de flores secas, -muy sabrosas por cierto-, sushi rolls para tomar hincando palillo cual aceitunas en el Bar Pepe y para finalizar, ostras. He de apuntar que las ostras estaban divinas. Todo ello por el módico precio de 4€ cada ostra y entre 10 y 25€ la copa de champán o el cocktail, aderezado además por el hecho de que el bar hace honor a su nombre y se encuentra completamente acristalado por lo que tú disfrutas de bonitas vistas a la calle y a la vez, todo aquel que pase puede ver lo "cool" que eres. Hablando de "cool": los camareros eran tan, tan, tan "cool" que cuando nos enumeraron los champagnes disponibles fui incapaz de entender el nombre de ninguno de ellos. Lo cierto es que hacían mucho alarde pero no me gustó su trato.
El hotel es tan bonito que invita a quedarte a cenar. El Europa Decó es una pasada y los camareros eran otra cosa muy diferente de los del Glass Bar. El chef es Joaquín Felipe y realiza lo que denominan cocina Mediterránea creativa. Todo el restaurante está supervisado por Francisco Patón, premio Nacional de Gastronomía al mejor Jefe de Sala. Para comenzar, nos obsequiaron con una tapa de castañuelas, paté y caldo de cerdo ibérico con motivo de las Jornadas del Cerdo Ibérico que se vienen celebrando. Si alguien no sabe qué son las castañuelas se sorprendería como me ocurrió a mí. Son unos trocitos de carne muy sabrosa con un caramelizado que las hace muy apetecibles. Posteriormente descubrí que se trata de las glandulas salivares del cerdo ibérico... ver para creer: la casquería se vuelve "fashion". Probamos de primero: Solomillos de atún, Sushi de mojama de atún y ventresca con piquillos y Foie con reducción de Pedro Ximenez. El foie ganó por goleada. Estaba presentado en finas láminas como si se tratase de un carpacio y el Pedro Ximenez caramelizado justo en su punto. Los segundos fueron llamativos. Nos sirvieron una especie de calamar con arroz preparado como si fuese hindú y otro plato que reconvierte la casquería en lujo: Tres Carrilleras con salsa de Torta del Casar. Insuperable: la salsa combinaba fantásticamente con la tiernísma carne de las carrilleras, muy tostadas (casi quemadas) por fuera y la carne roja y tierna por dentro. El vino elegido fue un blanco con mucho cuerpo y afrutado de las Bodegas Torres, sugerencia del amable y divertido camarero. Para terminar, café expreso e infusiones. Para la infusión me trajeron un carro repleto de diferentes tés de una casa muy exclusiva inglesa de la que no recuerdo el nombre. Probé el té negro a la vainilla pero podría haber escogido cualquiera. Eran todos increibles.

Finalmente, bajé a los aseos y para mi regocijo, hallé que eran acordes al resto del lugar, incluso en el jabón de manos "naran ji fine liquid hand wash" de Molton Brown y cómo no, esto ya me extasió: ¡crema de manos del mismo aroma! Echad un ojo:


Traté de fisgonear alguno de los amplios salones que se hallan a la salida de los aseos, en la planta inferior, pero estaban cerrados, así que mi impulso de periodista cotilla se vio refrenado por la impasibilidad del cerrojo echado.Visitad el Urban pues no os dejará indiferentes.