No es la primera vez que me planteo el vegetarianismo como opción, por motivos obvios como amante de los animales. Pero también me parece complicado como foodie y más trabajando en lo que yo trabajo... Antes de tomar una decisión tan drástica, puedo al menos probar y tratar de comer cuanto menos carne mejor, aunque renunciar al jamón ibérico me parece un castigo.
En fin, que he decidido animarme con este Rawnie, término que descubrí hace ya unos años gracias al blog Hiulit's Cuisine y que tras investigar varias recetas, retoqué hasta crear mi versión, que es la que aquí os dejo.
Ah! Ademas, este rawnie es apto para celíacos!!!
Para 8 porciones
Ingredientes:
- 2 plátanos medianos bien maduros
- 200 g de dátiles carnosos deshuesados
- 120 g de harina de almendras
- 1 paquete de mezcla de frutos secos crudos (anacardos, nueces, almendras y avellanas).
- 30 g de cacao en polvo Valor (el de la lata)
- 50 g chocolate negro fondant
- un puñado de nueces crudas enteras para decorar
- canela al gusto
- pasta de vainilla
- aceite de oliva
Elaboración de la receta:
Trituramos los dátiles todo lo que podamos, hasta formar una pasta. Añadimos los plátanos, trituramos hasta que esté homogéneo y sacamos a un recipiente.
Le añadimos a la mezcla anterior la harina de almendras y mezclamos. Añadimos el cacao, la canela y la vainilla.
Picamos frutos secos finamente y vamos añadiendo hasta que la masa esté consistente. Una vez conseguida una textura manejable (aunque un poquito pegajosa) ponemos la masa en un molde cuadrado o de plumcake, que previamente habremos forrado con papel de horno o film transparente y engrasado con aceite de oliva. Extendemos e igualamos la superficie.
Cubrimos con algunas nueces enteras la superfecia del brownie, apretando para integrarlas en la masa. Reservamos en la nevera.
Mientras, preparamos la cobertura de chocolate, fundiéndolo al baño maría e integrándolo con un chorretón de aceite de oliva virgen extra.
Una vez preparado, extendemos la cobertura de chocolate por encima del rawnie, atemperamos fuera de la nevera y volvemos a guardar en frío hasta el momento de servirlo.
¡No dejéis de probarlo, es un auténtico brownie y es sano y fácil de preparar! ¿Qué más se puede pedir?
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